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Imagen vía www.libertaddigital.com |
Si Paco Jémez es tan alabado es por la lucha día tras día en defensa de unos ideales futbolísticos muy marcados, basados en que sus equipos deben llevar la iniciativa del partido y la posesión del balón siempre, y en que, salvo en contadas ocasiones, siempre se juega en corto. El Rayo Vallecano es uno de los equipos de Europa que más posesión acapara, junto a equipos como Barça, PSG o el Bayern. El año pasado, con un plantel con grandes jugadores capaces de marcar la diferencia (los siempre presentes Piti, Chori Domínguez y Leo Baptistao), el equipo consiguió el 8º puesto en la tabla. Sin embargo este año llevan 25 goles a favor y ¡58! en contra en 24 partidos de Liga, el equipo más goleado de las cinco grandes ligas europeas (datos proporcionados por http://www.squawka.com/), y la posición que ocupan en la clasificación es la 19ª.
Esto nos hace plantearnos la siguiente cuestión: ¿el estilo
de juego del Rayo es el ideal teniendo en cuenta la insuficiente calidad de sus
jugadores tanto en defensa como en ataque?
El Rayo Vallecano es un equipo fácilmente contragolpeable
debido a la insistente decisión de sacar el balón jugado desde atrás y a la incapacidad
para finalizar jugada cuando ataca. La primera razón la reflejaremos con un
error en la salida cometido contra el equipo menos indicado: el Barcelona.
La segunda explicación que hemos dado la ejemplificaremos
con una jugada en la que se produce una pérdida en campo contrario y el Rayo
recibe gol en un contragolpe realizado por todo un especialista de esto: el
Real Madrid.
Me gustaría insistir en que esto es lo habitual en los
partidos del Rayo. Reciben una barbaridad de ocasiones de esta forma, que son
consecuencia directa del juego del equipo. Si tus laterales se van muy arriba y
no tienen capacidad de regresión, estás dejando a los extremos rivales
auténticas autopistas por las que correr. También, si ante pérdida en campo
contrario mandas a interiores, mediapunta y un mediocentro a presionar, el equipo
se parte en dos y dejas un espacio brutal en el centro del campo para que un
jugador rival haga el pase y monte el contraataque.
Siempre se ha dicho que las casas no se construyen por el
tejado, pero hoy en día al técnico que trabaja los aspectos defensivos por
delante de los ofensivos se le tacha de “amarrategui” o es objeto de burla, pero
yo creo que es algo que hay que trabajar, y no hacerlo podría clasificarse de
irresponsable. Veremos si los nuevos fichajes ayudan a revertir esta situación.
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